Reporteros Sin Fronteras publica su clasificación mundial de la Libertad de Prensa

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La edición 2017, que la organización publica este 26 de abril de 2017, muestra la gravedad de los ataques contra los medios de comunicación, así como el triunfo de los “hombres fuertes”, que han hecho que el mundo -y en particular, las democracias– entre en la era de la “posverdad”, la propaganda y la represión.

 

La Clasificación Mundial que publica Reporteros Sin Fronteras (RSF) muestra que la situación de la libertad de prensa podría dar un gran giro, sobre todo en los países democráticos. Parece que ya nada detendrá la caída que desde hace varios años experimentan las democracias. La obsesión por la vigilancia y el hecho de que no se respete el secreto de las fuentes periodísticas contribuyen a que numerosos países que antes tenían una buena calificación, desciendan en la tabla, como es el caso de Estados Unidos (puesto 43, -2), Reino Unido (40, -2), Chile (33, -2) o Nueva Zelanda (13, -8).

La llegada de Donald Trump al poder en Estados Unidos y la campaña del Brexit en el Reino Unido han sido como una caja de resonancia para el media bashing  (ataques a la prensa) y los muy tóxicos discursos contra los medios de comunicación, han hecho que el mundo entre en la era de la “posverdad”, la desinformación y las noticias falsas.
De forma paralela, en todos los lugares donde ha triunfado el paradigma de hombre fuerte y autoritario retrocede la libertad de prensa. La Polonia (puesto 54) de Jaroslaw Kaczynski pierde siete posiciones en la Clasificación de 2017. Tras haber transformado al sector audiovisual público en herramienta de propaganda, el gobierno polaco se propuso asfixiar económicamente a diversas publicaciones independientes que se oponían a sus reformas. La Hungría de Víktor Orbán baja cuatro puestos (71); la Tanzania de John Magufuli, 12 (83). Turquía (155, -4), tras el fallido golpe de Estado contra Recep Tayyip Erdogan, ha dado definitivamente un vuelco: ahora se ubica al lado de los regímenes autoritarios y es la mayor prisión del mundo para los profesionales de los medios de comunicación. Mientras tanto, la Rusia de Vladimir Putin permanece anclada en la parte inferior de la Clasificación, donde ocupa el lugar 148.

España, en el puesto 29 , sube cinco posiciones, pero se trata de un ascenso que sólo se explica por el contexto de deterioro conjunto en sus vecinos en la tabla. En realidad, el país acusa un aumento de 1.23 puntos respecto de 2016, debido, entre otras razones, a las multas impuestas a varios periodistas después de que se aprobara una nueva Ley de Seguridad Ciudadana conocida como “ley mordaza”, con la que se busca proteger la imagen de la Policía española y se restringe de manera drástica el derecho a manifestarse. Esta ley también obstaculiza legalmente el derecho de los periodistas a recabar y difundir información.

El gran giro que experimentan las democracias produce vértigo en todos aquellos que piensan que sin una libertad de prensa sólida, no pueden garantizarse las otras libertades”, señala Christophe Deloire, secretario general de Reporteros Sin Fronteras. “¿A dónde nos llevará esta espiral infernal?”, se pregunta.

Puede consultarse aquí el estudio completo

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