Mikel Ayestaran recibió ayer el V Premio Internacional de Periodismo “Cátedra Manu Leguineche” en un ambiente impregnado del espíritu del desaparecido maestro de reporteros. El periodista vasco dedicó el galardón a todas las víctimas civiles del Estado Islámico y, notablemente emocionado, subrayó que esta distinción es, en realidad, una responsabilidad, ya que se trata de una recompensa “para los que formamos parte de ‘la tribu’”, en referencia al modo en que calificaba, coloquialmente, a los corresponsales de guerra Leguineche.
Antes de recoger su estatuilla, Ayestaran hizo un recorrido por el viaje que emprendió desde el Diario Vasco hasta Oriente Medio, hace once años largos, “en los que ningún día me he acordado de fichar”. Más de una década ya trabajando como corresponsal en zonas de conflicto que han servido al reportero para determinar que “la guerra es un tema universal en el que puede cambiar la manera de matar, pero la esencia es la misma y los que mueren son los niños”. Por eso, aseguró, los cronistas de esas guerras tiene que tomar partido por un bando “y nuestro bando es el de las víctimas”.
En un diálogo compartido con el director de El Confidencial, Nacho Cardero, y con el director de Los Desayunos de TVE, Sergio Martín, que adoptó el papel de moderador, Ayestaran habló también del “yin y el yang” de las nuevas tecnologías, definiéndose como un periodista “multiformato” para el que las redes sociales son una herramienta más, aunque hay que saber filtrar, y reconoció que él trabaja a diario más de cuatro horas con twitter, de dónde saca buena parte de sus fuentes y que supone un gran escaparate para su trabajo. En el lado negativo, la inmediatez que hace que, treinta minutos después de un atentado, parezca que es ya cosa del pasado. Respecto al denominado “periodismo ciudadano”, se mostró convencido de que “hay espacio para todo” y puede resultar útil allá donde el periodismo tradicional no puede llegar, “siempre que se sepa discernir y que te lo vendan como lo que es y no como otra cosa”.
El Premio Internacional de Periodismo “Cátedra Manu Leguineche” está convocado por la Federación de Asociaciones de Perodistas de España (FAPE), en colaboración con la Diputación Provincial de Guadalajara, que lo patrocina, la Universidad de Alcalá (UAH) y su Fundación General y el Ayuntamiento de Brihuega. Tiene una dotación económica de 8.000 euros y, además, el premiado pasa a ser profesor honorífico de la Universidad de Alcalá y recibe un detalle de escultura conmemorativa.
En la actual edición, el jurado ha estado formado por el presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara, José Manuel Latre, que ejerció de presidente; e integrado por María Teresa del Val, directora general de la Fundación General de la UAH, como vicepresidenta; y los vocales Jesús Picatoste, secretario general de FAPE; José Oneto, periodista; Marisa Ciriza, periodista y vicepresidenta de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo; Jesús Coterón, periodista, presidente de la Asociación Vasca de Periodistas y decano del Colegio Vasco de Periodistas; y Mar Corral, periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Guadalajara; actuando como secretario Carlos Sanz, periodista y vicesecretario general de la FAPE.
Su decisión fue otorgar el V Premio Internacional de Periodismo “Cátedra Manu Leguineche” a Miguel Ayestaran “por su independencia, rigor, respeto a la verdad y defensa de la libertad de expresión en su trayectoria profesional. A sus más de diez años de corresponsal de guerra se suma la excepcionalidad literaria de sus reportajes y, quizás lo más importante, su sensibilidad a la hora de transmitir a los lectores las durísimas circunstancias que atraviesan las personas que protagonizan sus historias”, según refleja el acta.
ENTREGA DEL PREMIO
La entrega del galardón a Mikel Ayestaran tuvo lugar en la iglesia de San Miguel de Brihuega, localidad alcarreña donde pasó sus últimos años de vida Manu Leguineche, en un acto presentado por el periodista de la COPE Antonio Herráiz, y ambientado con frases y objetos personales del desaparecido periodista.
La presidenta de la FAPE, Elsa González, destacó durante su intervención que, con este galardón, se pretenden elevar unos valores esenciales del periodismo y potenciarlo, y recordó que “Manu creó un estilo tan personal como atractivo, con un grado elevado de profesionalidad, de independencia y de calidad, valores que queremos rescatar y potenciar a través del premio que lleva su nombre”.
González también quiso destacar que el periodista vive tiempos “de insoportable precarización salarial” y que, desde la Fape, se demanda respeto para quien ejerce un derecho del ciudadano, cuya misión es cada día más importante para la democracia.
Para la presidenta de la FAPE, pese a que muchos políticos, y también el mundo de la empresa, utilizan las redes sociales para trasladar sus mensajes, sin someterse a las preguntas ni a las investigaciones del periodista, el Periodismo se crece frente a las redes, “donde las falsedades pueden imponerse a la veracidad sin sonrojo”, dijo. Por todo ello, reivindicó el lema de la Federación que preside: “Sin periodistas no hay periodismo y sin periodismo no hay democracia”.
Por su parte, el presidente de la Diputación Provincial de Guadalajara, José Manuel Latre, parafraseando a Mikel Ayestaran, se preguntó en voz alta “qué puede haber mejor, en este oficio, que ser testigo de la historia en presente y en primera persona” y valoró su trabajo para ser merecedor de este premio “que lleva el nombre del maestro, maestro de periodistas, el padre de ‘la Tribu’, padre de los corresponsales de guerra”.
En la entrega del Premio también intervinieron los representantes de las otras instituciones que colaboran en su convocatoria, el vicerrector de la Universidad de Alcalá en Guadalajara, Carmelo García, que destacó el legado que deja el galardón a la cátedra universitaria “Manu Legineche”; y el anfitrión, el alcalde de Brihuega, Luis Viejo.
Además, Jesús Coterón, decano del Colegio Vasco de Periodistas, a cuya propuesta optó Ayestaran al Premio, hizo una breve laudatio del galardonado en la que aseguró que su trabajo sigue las normas que tenía Leguineche: “Ir a buscar la noticia en la calle y hablar con los protagonistas. Destacar a las personas y no a los paisajes”.
DIÁLOGO CON MIKEL AYESTARAN
Previo a la entrega del Premio, tuvo lugar un acto académico con la participación del propio Ayestaran, acompañado por los periodistas Nacho Cardero y Sergio Martín.
En el coloquio, el director de Los Desayunos de TVE, quefue el encargado de moderar y lanzar las preguntas, se mostró sorprendido por la manera de trabajar de Ayestaran y por “las narices que hay que echar” para dejar la comodidad de una redacción y macharse “no se sabe dónde a contar no se sabe bien qué”.
Junto al director de El Confidencial, Ayestaran y Martín hablaron de los corresponsales de guerra, del cambio generado en el periodismo con la llegada de las nuevas tecnologías que, para Cardero, “ha acentuado la precariedad digital y ha fomentado cierta superficialidad a la hora de abordar los temas”, del periodismo ciudadano o de la evolución del reporterismo desde Leguineche hasta la actual generación. El diálogo terminó con las preguntas del público asistente.
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