La Federación recoge de esta forma una petición realizada por la esposa del torero, Raquel Sanz, quien se ha dirigido a esta organización “para que haga cuanto esté en su mano para que se evite el sensacionalismo y el morbo, tanto en la redacción de las noticias, como en la difusión de las imágenes”
La FAPE lanza una recomendación a los medios de comunicación para que se abstengan de difundir imágenes, fotografías y vídeos del momento de la muerte del torero Víctor Barrio, fallecido el 9 de julio del año pasado, por razones éticas y de respeto a la memoria de la víctima y a sus familiares y amigos, en un momento en que el asunto salta de nuevo a la actualidad, al cumplirse el aniversario del suceso.
Con independencia de que la FAPE solicite una resolución al respecto a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología, también para otros supuestos, esta organización recuerda que, una de sus misiones estatutarias es el deber de tutela de la buena práctica profesional y del respeto a la deontología del periodismo y, en este sentido, hace una llamada a comportamientos éticos que eviten el sensacionalismo cuando se recuerda la mortal cogida, por otra parte objeto de desagradables y brutales comentarios en redes sociales, algunos indignos de la condición humana, sujetos actualmente a investigación judicial.
Esta medida se mantiene para otras víctimas, incluso el Tribunal Constitucional reconoció el derecho de la viuda del torero Francisco Rivera “Paquirri” a su intimidad personal y familiar ante la emisión de imágenes de la agonía del diestro tomadas en la enfermería de la plaza.
La FAPE recoge de esta forma una petición realizada por la esposa de Víctor Barrio, la periodista Raquel Sanz, quien se ha dirigido a esta organización “para que haga cuanto esté en su mano para que se evite el sensacionalismo y el morbo, tanto en la redacción de las noticias, como en la difusión de las imágenes, y se busque siempre el máximo rigor por respeto a la memoria de don Víctor y a la dignidad de su familia y allegados. Don Joaquín Barrio y doña Esther Hernanz, padres de don Víctor, hacen suya mi petición”, matiza en el texto.
Raquel Sanz argumenta que las imágenes “son especialmente dolorosas, por suponer una intromisión gratuita en un asunto en el que median elementos de dolor y aflicción en las personas afectadas, en este caso, su familia”.
]]>