El politólogo revisó en una conferencia las vinculaciones del intelectual alicantino con el regeneracionismo, el americanismo y el pacifismo, así como su condición de director de Primera Enseñanza, senador y académico.
El politólogo y doctor José Ferrándiz Lozano, profesor de Ciencia Política y colaborador de la APPA, pronunció en la sede Ciudad de Alicante de la UA, una conferencia titulada “Rafael Altamira y la política”. La charla formó parte de un ciclo que coordinan Javier e Ignacio Ramos Altamira, bisnietos del jurista, historiador, pedagogo, pensador político y candidato al Premio Nobel de la Paz, que fue distinguido como Socio de Honor de la Asociación de la Prensa de Alicante en 1910.
Rafael Altamira (Alicante, 1866 – México, 1951) cursó su licenciatura de Derecho en la Universidad de Valencia y su doctorado en Madrid, ejerciendo después como catedrático de Historia del Derecho en la Universidad de Oviedo, catedrático de Historia de las Instituciones civiles y políticas de América en la Universidad Central y Juez del Tribunal de Justicia Internacional de La Haya. Vinculado al krausismo, gozó de un gran prestigio intelectual.
Ferrándiz se centró en concreto en una de las partes de su actividad: la política, en la que Altamira intervino como pensador, como ejerciente de dos cargos públicos y como académico.
Destacó en primer lugar sus contribuciones al regeneracionismo del fin del siglo XIX y principios del XX, sobre todo con su libro Psicología del pueblo español, y se refirió por otra parte a una segunda faceta de su pensamiento político: la de su acción americanista al sostener la necesidad de restablecer las relaciones culturales, académicas y políticas de España con las repúblicas hispanoamericanas que habían consumado sus procesos de independencia en el siglo XIX. A este proyecto dedicó intervenciones públicas, un histórico viaje de diez meses y siete libros, tratando de poner al descubierto los intereses de algunos países al sembrar una leyenda negra del colonialismo español y reclamando atención, en oposición a esta visión, a la actividad civilizadora mediante la creación de instituciones americanas y la promulgación de un Derecho Indiano basado en las costumbres de los territorios donde se aplicaba.
En cuanto a los cargos públicos ejercidos, en la conferencia se aludió a su corto periodo como director general de Primera Enseñanza en el Ministerio de Instrucción Pública y a su etapa de senador del Partido Liberal por la Universidad de Valencia desde 1916 a 1923, sin que pudiera realizar grandes aportaciones en estas experiencias. Sí fue más satisfactorio, en cambio, su trabajo como académico en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, aportándose en la exposición algunas informaciones nuevas como la del homenaje póstumo que le brindó la entidad tras recibir la noticia de su fallecimiento en México.
