Distintas asociaciones y profesionales de la información señalan que dar voz a los miembros de La Manada, condenados a nueve años de prisión por abusos sexuales, sería una “inmoralidad” y una “insensatez”.
El presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, ha incidido en que los medios no deben ser “altavoces de los agresores” y sí “evitar a toda costa causar una segunda victimización de la afectada, agravando su sufrimiento”.
El responsable de la FAPE ha confiado en que “se imponga la sensatez” y “no se apueste por el morbo y el espectáculo que tanto daño están haciendo al periodismo”.
El código deontológico de la FAPE, ha declarado a EFE, “insta a los periodistas a actuar con ‘especial diligencia’ en los casos de delitos contra la libertad sexual, sobre todo en lo que atañe al respeto al derecho a la intimidad, el honor y la imagen de la víctima”.
De la misma opinión es la presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), Victoria Prego, quien -a título individual- ha declarado que sería “una inmoralidad” que los condenados aparecieran en televisiones “para buscar mayores audiencias”. Ahora bien, ha matizado que los cinco condenados por agredir a una joven de 18 años en los Sanfermines de 2016, en libertad provisional desde el pasado viernes, “tienen derecho a expresar sus opiniones”. Por su parte, desde la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), han subrayado que “la protección de las víctimas y el respeto a las obligaciones de no discriminación e igualdad debe ser el límite deontológico”.
Pese a que ninguna televisión ha anunciado que La Manada vaya a aparecer en sus programas y fuentes de Mediaset y Atresmedia han asegurado a EFE que no participarán en ellos, numerosos profesionales de la comunicación se han movilizado para exigir que ese escenario no se produzca.
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